Carlos Bribián |
Es algo que soñamos todos los aficionados al fútbol, hacer la alineación de nuestro equipo, atributo exclusivo del entrenador. Pero hubo un periodista cuya autoridad y conocimiento convencieron a un seleccionador nacional para elegir a los once jugadores que saldrían al campo.
La selección española había logrado ser campeona de la Copa de Europa de Naciones (1964) y se había clasificado, con ciertos apuros, para la fase final del Mundial de Inglaterra. Pero el debut mundialista fue un fracaso. Argentina puso en evidencia al equipo español al que ganó (2-1) y dos días después, aunque en un mal partido, el equipo de Villalonga se impuso a Suiza (2-1). Sin embargo, para clasificarse para los cuartos de final había que ganar necesariamente a la selección alemana, un equipo demasiado potente que además sólo necesitaba un empate para pasar a la segunda fase del torneo.
En el Pen Hall Hotel de Sutton Coalfield, a pocos kilómetros de Birmingham (Inglaterra), el entrenador Benito Díaz cogió de la mano a Carlos Bribián y le llevó al comedor. Sentados alrededor de una mesa le esperaba el seleccionador nacional, José Villalonga, acompañado de otros periodistas, entre ellos los famosos Antonio Valencia y ‘Cronos’. Bribián era corresponsal en Alemania y conocía al dedillo al conjunto germano de Seeler y Overath, de Schnellinger y Held, y en donde llamaba la atención un joven medio de ataque que se apellidaba Beckenbauer. Todos coincidían en que si alguien conocía los secretos de los alemanes era Bribián. Por eso Benito Díaz se dirigió a Villalonga y le dijo sin preámbulos: “Pepe, que te diga Bribián quién a su juicio tendría que jugar”.
Alineación revolucionaria
Villalonga anhelaba consejo e información para contrarrestar el juego de sus rivales y por eso escuchó atentamente a Carlos Bribián, un periodista experimentado y muy respetado que, además de ser corresponsal deportivo de ‘Marca’ y jefe de redacción en la radio pública alemana, había sido futbolista profesional y entrenador. Bribián comenzó a explicar las características y puntos débiles de cada uno de los seleccionados y propuso a Villalonga una alineación revolucionaria, con cinco cambios con respecto a las alineaciones anteriores que dejaba en el banquillo a hombres como Suárez, Del Sol, Ufarte, Peiró y Gento. Y Villalonga aceptó la propuesta del periodista.
Equipo que se enfrentó a la selección alemana |
El partido contra los alemanes se jugó en el Villa Park de Birmingham el 20 de julio de 1966. Saltaron al terreno de juego Iríbar, Sanchís, Gallego, Reija, Glaría, Zoco, Amancio, Adelardo, Marcelino, Fusté y Lapetra. La idea era sorprender a los rivales desde el primer minuto, y el objetivo se logró cuando a los 25 de comenzado el encuentro, Lapetra pasó en profundidad a Fusté y éste, tras prepararse el balón con el pecho, empalmó un disparo a media altura que batió al guardameta Tilkowski. España había cambiado su imagen. Tuteaba a los alemanes y estaba haciendo un excelente partido, hasta que llegó el minuto 39 y se produjo el gol más inverosímil. Emmerich, casi desde el córner, lanzó el balón hacia el área y mientras se elevaba se enroscó en un extraño efecto colándose por la escuadra que defendía Iríbar. Aquel gol desmoralizó a los españoles que en la segunda parte se vinieron abajo empujados por el potencial físico de sus rivales, pero ofreciendo una imagen de dignidad a pesar del segundo gol encajado, obra de Uwe Seeler.
El mejor partido de España
La selección nacional perdió 2-1 y quedó eliminada del Mundial tras aquel partido, curiosamente el mejor de los que disputó en la competición.
Hoy, desde su casa en Ontoria (Cabezón de la Sal), Carlos Bribián reposa sus recuerdos y mantiene el orgullo de periodista ejemplar. A gala lleva el hecho de que ninguna de las informaciones que escribió en su larga trayectoria haya sido desmentida, además de haber presentido con su olfato profesional acontecimientos históricos como los atentados en la villa olímpica de Munich o el conflicto bélico de la antigua Yugoslavia. Futbolista, entrenador, periodista y escritor (fue finalista del Premio Planeta en 1959), Carlos Bribián, con sus 94 años, sigue leyendo la prensa con espíritu crítico y bolígrafo en ristre, mientras se recrea contando historias deportivas de antaño gracias a su buena memoria, como la de haber hecho una alineación de la selección española. Un honor que muy pocos pueden lucir.
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