Formación del Laredo en el partido contra el Guecho. De izquierda a derecha, José Luis, Ignacio, Nando Laya, Susi, Amavisca y Cano Llata. Agachados, Varona, Docal, Javi Laya, Santos y Sito. |
El campeonato de Liga de Tercera División vivía momentos históricos en la temporada 1976-77. La Asamblea General del fútbol español había decidido crear una nueva categoría, la Segunda B, de tal manera que los cuatro grupos de Tercera que existían iban a tener una profunda transformación. Sólo los clasificados entre el segundo y el décimo puesto optarían por jugar en Segunda B (los primeros ascenderían a Segunda), así que la tensión competitiva en los campos se incrementó.
El cierre de San Lorenzo
El 2 de enero de 1977, el ‘Charles’ recibía en los campos de San Lorenzo al Guernica. Cuando los vascos ganaban 0-1, un espectador saltó al campo para agredir al árbitro, Osoro Garay. Era el minuto 20 y los intentos de agresión se repitieron hasta que el colegiado decidió suspender el partido. El Comité de Competición castigó al Laredo dando por finalizado el encuentro con la victoria de los visitantes y cerrando San Lorenzo para el partido contra el C. D. Guecho del 23 de enero.
El partido contra el C. D. Guecho
El Racing abriría las puertas de los Campos de Sport a los pejinos para ese partido que resultó muy reñido, con una actitud del colegiado, el guipuzcoano Garagorri Lángara, que constantemente parecía guiarse por un espíritu de venganza en desagravio del compañero que arbitró en Laredo. Anuló un gol al laredano Varona y aún así, el conjunto cántabro, dirigido por Abel, fue superior en la segunda parte gracias al tesón de sus jugadores. En el minuto 77, Cano Llata botó un córner, Docal entró al remate y el portero Salaverría, descolocado en su salida, despejó con suavidad para que Nando Laya rematara de cabeza el gol cántabro.
Minutos después, el jugador del Guecho, Ayesta, se ayudó con la mano en el área laredana y en el cruce con un defensor, cayó al suelo. El árbitro señaló penalti. Los aficionados laredanos que se acercaron a El Sardinero elevaron sus niveles de adrenalina que rebosarían cuando el extremo del Guecho, Gonzalo, erró el lanzamiento por encima del larguero y la alegría de los hombres de Abel se convirtió en indignación, ya que el árbitro mandó repetir el penalti al observar que los defensores locales habían entrado en el área antes del lanzamiento. Como consecuencia de las protestas, Garagorri expulsó al capitán Ignacio y luego se produjo una invasión del campo que llegó a agredir al colegiado. El partido se suspendió cuando faltaba un minuto y ocho segundos para su finalización. El Comité de Competición sentenció que debería de lanzarse el penalti y jugarse, esta vez en San Mamés y a puerta cerrada, los sesenta y ocho segundos que faltaban.
Reanudación en San Mamés
Después de un aplazamiento debido al secuestro del general Villaescusa por el Grapo y la matanza de los cinco abogados laboralistas de Atocha que desaconsejaban la organización de eventos, el partido se reanudaría el 23 de marzo. Sólo unas veinte personas pudieron ver cómo de nuevo el jugador del Guecho lanzaría fuera el penalti, y cómo de nuevo, el árbitro, en este caso el vizcaíno Izaguirre, mandaría repetir el lanzamiento por entender que el portero, José Luis, se había movido antes del disparo.
Finalmente, el gol del Guecho subió al marcador, aunque se quedó a un punto de estrenar la Segunda B. El Laredo, por su parte, descendió a la categoría regional. Su presidente, José Luis Alonso, no tuvo reparos en reconocer que aquel partido, el más largo que se recuerda, fue “un atraco a mano armada”.
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